Desmontando a Herodes (Primera parte)
Pablo Ozcáriz Gil Universidad Rey Juan Carlos Un artículo como éste se justifica por la sorpresa que puede mostrar un ciudadano medio al leer ciertas noticias de la prensa. A los historiadores nos encanta desmitificar, pero a veces es posible que nos pasemos de la raya. En los últimos años, conforme se acercan las Navidades, se está poniendo de moda dudar de la legitimidad de muchas tradiciones. Parece que si no son “100% originales” o si tienen influencias externas, pasan a formar parte de los “mitos” y de las mentiras de la Historia. Como en nuestra cultura (y en cualquier otra) no existen elementos culturales “puros”, el desmitificar se convierte en una actividad muy agradecida. En realidad, desmitificar cualquier cosa no es ni bueno ni malo, depende de la intención con la que se haga y del rigor que se emplee en ello.