El togado de Pompelo
Pablo Ozcáriz Gil
Universidad Rey Juan Carlos
En unas excavaciones realizadas en 1895 apareció en Pamplona una estatua togada de la que sólo se conservaba una foto, desapareciendo poco después. El 19 de febrero pasado se conoció la noticia de que esta escultura había reaparecido en una colección privada de Estados Unidos y subastada en Christie's a un comprador anónimo. El pasado martes 24 de febrero publiqué el siguiente artículo en la página 71 del Diario de Navarra, que reproduzco a continuación. La publicación original puede descargarse aquí.
Universidad Rey Juan Carlos
En unas excavaciones realizadas en 1895 apareció en Pamplona una estatua togada de la que sólo se conservaba una foto, desapareciendo poco después. El 19 de febrero pasado se conoció la noticia de que esta escultura había reaparecido en una colección privada de Estados Unidos y subastada en Christie's a un comprador anónimo. El pasado martes 24 de febrero publiqué el siguiente artículo en la página 71 del Diario de Navarra, que reproduzco a continuación. La publicación original puede descargarse aquí.
La Historia Antigua de Navarra está de enhorabuena. La
noticia del redescubrimiento de una estatua de bronce procedente de Pamplona en
una colección privada de los Estados Unidos supone un importante añadido al
rico patrimonio navarro. La información histórica que puede aportar es mucha,
aunque al contar sólo con fotografías y sabiendo que tiene algunos añadidos
modernos, estamos obligados a ser muy prudentes al establecer conclusiones.
La primera pregunta que surge a cualquier lector de la noticia es quién pudo ser el personaje con toga. Pues bien, la estatua perteneció –probablemente- a un magistrado de Pompelo del siglo I d.C.-primera mitad del II. Era habitual que las ciudades contasen con estatuas de sus ciudadanos más destacados en el foro, dentro de la tradición de representación pública romana. Conocemos los nombres de algunos de estos notables municipales: en el año 57 d.C. Sexto Pompeyo Nepos y Sergio Crescens actuaron como representantes de la ciudad para firmar un pacto de hospitalidad con un tal Lucio Pompeyo Primiano. En este momento Pompelo todavía era una ciudad peregrina -como señala Plinio el Viejo- y no fue hasta el emperador Vespasiano (69-79 d.C.) cuando pudo transformarse en municipio de derecho latino. El siguiente ejemplo procede del año 185 d.C., cuando Tito Antonio Paterno y Lucio Cecilio Aestivo firmaron otro pacto de hospitalidad con un tal Publio Sempronio Taurino Damatiano. En este caso, los dos personajes se pueden identificar con los duoviri de Pamplona, que ya se presenta como respublica.
La primera pregunta que surge a cualquier lector de la noticia es quién pudo ser el personaje con toga. Pues bien, la estatua perteneció –probablemente- a un magistrado de Pompelo del siglo I d.C.-primera mitad del II. Era habitual que las ciudades contasen con estatuas de sus ciudadanos más destacados en el foro, dentro de la tradición de representación pública romana. Conocemos los nombres de algunos de estos notables municipales: en el año 57 d.C. Sexto Pompeyo Nepos y Sergio Crescens actuaron como representantes de la ciudad para firmar un pacto de hospitalidad con un tal Lucio Pompeyo Primiano. En este momento Pompelo todavía era una ciudad peregrina -como señala Plinio el Viejo- y no fue hasta el emperador Vespasiano (69-79 d.C.) cuando pudo transformarse en municipio de derecho latino. El siguiente ejemplo procede del año 185 d.C., cuando Tito Antonio Paterno y Lucio Cecilio Aestivo firmaron otro pacto de hospitalidad con un tal Publio Sempronio Taurino Damatiano. En este caso, los dos personajes se pueden identificar con los duoviri de Pamplona, que ya se presenta como respublica.
También se erigían estatuas de este tipo a ciudadanos de origen
local que habían llevado a cabo una exitosa carrera política provincial o imperial
y que eran honrados como muestra de orgullo, afecto o como agradecimiento por
algún tipo de favor a la comunidad. Tampoco faltan ejemplos de este tipo en la
Pamplona romana: Cayo Cornelio Valente fue pompelonense y embajador de la provincia
Tarraconense –la más extensa del Imperio romano- ante el emperador Marco
Aurelio en Sirmio. Esta embajada se produjo entre los años 172-175 y le situó
en la élite provincial. También podríamos mencionar a Gneo Pompeyo Pompelonense
que, como su propio nombre indica, pudo ser originario de Pamplona. Fue duoviro (no sabemos si de Pompelo o de otra ciudad) en la primera
mitad del siglo II y llegó a sacerdote de la provincia.
Finalmente, aunque de forma menos habitual, se podían erigir
estatuas a personajes foráneos a los que quería honrar. En este caso no podemos
poner ejemplos concretos, pero conocemos el caso de la ciudad de Segobriga,
donde existen algunos de ellos.
En definitiva, es muy probable que el togado fuese uno de
los magistrados pamploneses del siglo I o principios del II d.C. o un pamplonés
de prestigio que fue reconocido por sus conciudadanos. A partir de ahora confiemos
en que el Gobierno de Navarra pueda recuperar la pieza, para que el togado vuelva
a su ciudad de origen. Así podrá ser honrada de nuevo, siglos después de su
colocación en el foro.
La noticia en la prensa del redescubrimiento de la estatua puede leerse aquí: http://www.abc.es/cultura/20150218/abci-estatua-romana-hispania-201502181750.html
ResponderEliminarAlgunas personas me han llamado la atención por no explicar qué son los duumviri o duoviri: son los magistrados más importantes a nivel municipal, el equivalente al alcalde actual, con la diferencia de que el cargo era ocupado por dos personas. De ahí toma el nombre, duoviri, o "doshombres".
Pablo Ozcáriz
PD: Si en algún artículo el lector encuentra cualquier término o concepto que no queda claro, le invito a preguntar en los comentarios y le responderé encantado.